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jueves, 10 de diciembre de 2009

JUEVES DE CLASICOS: BORIS – Heavy Rocks (2002)

Siguiendo con este no tan constante jueves de clásicos, jajá (una disculpa por retrasar tanto esta “nueva” sección), es el turno de BORIS y su Heavy Rocks. Es un disco feroz. Un disco que patea traseros y hace mover la cabeza. Canciones directas, llenas de energía, excelentes riffs y solos de guitarra. Interludios desquiciantes. Una maravilla de disco.
Amantes de Jack White y The Edge, aléjense, este disco NO es para ustedes y si por “error” lo descargan luego no le echen la culpa a los Jóvenes Dioses de que sus barros en la cara les reventaron. No queremos que después de escuchar Heavy Rocks quemen sus discos de los White Stripes y de U2.

A los que les guste el “Riff Rock” de aquí somos!

Altamente recomendable!

miércoles, 30 de julio de 2008

Boris - Smile (2008)

Hablar de BORIS es tan inmenso. Tan inmenso que es excitantemente asombroso. Tan asombroso que es abismalmente profundo. Tan profundo que es devastadoramente catártico y, tan catártico que el resultado es HERMOSO!

SMILE abre con Messeeji donde, el tenue susurro de una nota obsesiva pendida en el aire a lo largo de todo este mensaje sede paso a la percusión que anuncia su entrada con dos golpes de campana, sentando la base de un monótono ritmo arquetipo de la humanidad dispuesto a entrar en trance; la danza ha comenzado!! La voz; hace presencia como un primitivo llamado a guerra. La guitarra entra con un agudo y fuzzeado pitch para después ahogar todos los instrumentos en cremosas mareas de distorsión.

Buzz-In, el siguiente track, sintoniza la risa y palabras de una bebe a través de un walkie talkie precedido de un riff de guitarra acompañado por la batería, ambos, tocados de una forma desquiciada en el más puro estilo punk, los gritos se hacen presentes para después terminar suavemente.

En Hanate! traducido como Shoot! los decibeles han sobrepasado el umbral del dolor haciendo sangrar unos oídos reventados y aun así; el volumen no es suficiente!! El fuzz ocupado por Wata es solo comparable con un potente laser emitiendo la cantidad más saturada de radiación para un gran disparo dirigido hacia una gigante roja. El telón en Hanate! baja sutilmente, escuchando de fondo una hermosa melodía de guitarra cantada por Takeshi preparando el escenario siguiente; éste, es irrumpido por la caída de un colosal bíblico animal que solo él, su Dios, puede vencerlo. Así comienza Hana, Taiyou, Ame; para después convertirse en una sedante obra maestra. Michio Kurihara hace acto honorable de presencia; su guitarra dibuja, vibra, de forma semejante una gota de agua cayendo en un quieto y solitario estanque dentro de una hueca montaña y la reverberación de esta gota de agua en el interior de la montaña produce el sonido de las percusiones; hay mucha tranquilidad; llega el clímax de la canción; los instrumentos se levantan; el sustain en el solo de guitarra es violento, es brutal; la Flor, el Sol, la Lluvia vuelven a la tranquilidad.

Tonari no Saatan; sin duda, la canción más bella e inquietante en SMILE. Michio Kurihara de nuevo, el responsable tras esta canción y también, responsable de meter la mayor cantidad de ruido en la guitarra creando la sensación de una brisa que se lleva pequeños fragmentos de tiempo. La melodía del teclado es indescriptible, resulta incierta, se siente y golpea; ¿acaso me ha tomado Saudade de la mano?... Atsuo logra crear en la batería el caer de una majestuosa cascada de arena que se complementa con pulso del bajo; el latido de la canción. El color de voz de Takeshi cantando angustiadamente preocupado por Satán! “kininaru sataan” sobre la misma base va moldeando la canción. Algo se ha llevado mi vecino Satán; repito la canción, intentando hallar que me fue quitado.

Hare Hateta Saki, 7.26 minutos hacia un destino mortal!

Kimi wa Kasa o Sashiteita es una canción que calma con su constante tic-tac, los arreglos en las cuerdas crean una agradable dimensión de espacio, a los 4 minutos 13 segundos llega a su punto máximo de ebullición; la canción comienza con una nueva fuerza hasta ligarse con el ultimo track.

Untitled. Dronizantes 19 minutos para un soberbio final. El genial Stephen O’Malley colabora en esta leeenta y laaarga canción, así que ya saben a qué se exponen!

No cabe duda, cuando BORIS edita un disco; estremece en distintas emociones.